A favor de la legalización

22.4.09

por Alejandra Jimenez

En primer lugar, es importante señalar que el concepto “legalización de las drogas” resulta inexacto, ya que en si no se propone una legalización de las mismas como tal, sino una despenalización. Decimos lo anterior, ya que en el Código Penal Federal, en el cual se tipifican los diversos delitos de orden federal, señala dentro de los artículos 193 al 199, los diversos delitos contra la salud dentro de los cuales se contempla la producción, tenencia, tráfico, proselitismo y otros actos en materia de narcóticos, por lo tanto, con la propuesta de ley, lo que se pretende es que desaparezca como tipo penal, no que se legalicen.

Dicha iniciativa de ley surge como resultado de la gran ola de violencia que azota nuestro país, y a la que se culpa en gran medida a los cárteles de las drogas, los cuales se están disputando el control del paso de los estupefacientes hacia Estados Unidos, así como la venta y distribución en el mercado nacional. Se pretende despenalizar las drogas, impulsados por la fuerza de tres razonamientos: que esta legalización reducirá de manera contundente el poder del narcotráfico; que permitirá atender a cabalidad el problema de las adicciones en nuestro país y, por último, que devolverá una parte de los derechos civiles escamoteada a los ciudadanos adultos.

La iniciativa de ley ha sido impulsada principalmente por el Partido Social Demócrata (PSD), el cual se caracteriza por tener ideas liberales y progresistas. No obstante lo anterior, resulta únicamente una campaña electorera, ya que, si bien es sano debatir las distintas posturas resulta una propuesta inútil legislativamente. Se asegura lo anterior, debido a que no existen instrumentos jurídicos que permitan la despenalización de las drogas porque México tiene suscrito diversos convenios internacionales que le impiden suprimir la penalidad de las drogas.
Es importante hacer mención, que la propuesta de ley contempla únicamente la despenalización de la marihuana, no incluye a las denominadas drogas duras y dentro de las propuestas para los consumidores está la de sustituir las sanciones privativas de la libertad actualmente vigentes, por otras informativas y educativas, y no dejarlos expuestas al deficiente sistema penitenciarios.

En resumidas cuentas, la iniciativa de ley presentada ante el Congreso de la Unión contempla corregir la definición de las sustancias penalmente reguladas contenidas en nuestro Código Penal Federal actual, cuyo artículo 193 establece dos definición distintas de las sustancias prohibidas penalmentes. Se propone por tanto, una definición mucho más precisa. Así mismo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, señala en su artículo 18 que los sistemas penales federal y estatales se orienten en función del trabajo y de la educación, sin embargo la iniciativa señala que nuestro Código Penal Federal no contempla una sola pena educativa o informativa, en consecuencia, se reforma también el artículo 24 y relacionados del Código Penal Federal para incorporar las penas educativas a nuestro sistema penal. De igual manera se propone distinguir claramente al consumidor del narcomenudista y reorientar las penas hacia los consumidores cuando sus actos no afectan a terceros, ya que actualmente son privativas de la libertad para ambos. Los consumidores, definidos por las cantidades de cannabis que se presumirá que son para consumo personal, serán sujetos de penas informativas y educativas.

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por David Marcos

La legalización pondría fin a la parte exageradamente lucrativa del negocio del narcotráfico, al traer a la superficie el mercado negro existente. Y con la desaparición de la clandestinidad del narcotráfico disminuye dramáticamente la problemática social ligada a dicha actividad. La actual prohibición de las drogas no detiene al mercado, simplemente lo ha sumergido bajo el manto de la ilegalidad, y cuando un negocio es un crimen, los criminales tomarán parte de éste. Según las Naciones Unidas, el tráfico de drogas genera $400.000 millones anuales, lo cual representa un 8% del comercio mundial, comparable con la industria de textiles. Dicho botín representa una tentación irresistible para los criminales del mundo.

Depende de que tipo de legalización se hable, si se legaliza soló el consumo entonces la producción ilegal será mayor, en otros lugares de habla de legalizar la marihuana, esto no tendrá efecto sobre el mercado ya que el principal negocio de los narcotraficante no el la marihuana sino otras drogas mas fuertes

La legalización reduciría dramáticamente el precio de las drogas, al acabar con los altísimos costos de producción e intermediación que implica la prohibición. Esto significa que mucha gente que posee adicción a estas sustancias no tendrá que robar o prostituirse con el fin de costear el actual precio inflado de dichas substancias.

Como en cualquier negocio las drogas se rigen por las leyes de los mercados, oferta y demanda, si los precios bajan habrá mas consumo, si hay mas consumo los precios suben otra vez.

Legalizar las drogas haría que la fabricación de dichas sustancias se encuentre dentro del alcance de las regulaciones propias de un mercado legal. Bajo la prohibición, no existen controles de calidad ni venta de dosis estandarizadas. Esto ha conducido a niveles de mortalidad altos a causa de sobredosis o envenenamiento por el consumo de drogas. De hecho, según un estudio del Cato Institute realizado por James Ostrowski, el 80% de las muertes relacionadas con drogas se deben a la falta de acceso a dosis estandarizadas.

Siempre podrá existir un mercado alterno no regularizado, no porque existan tiendas de música original se elimina la música pirata, ademas, la sobredosis puede ocurrir aunque la sustancia este regularizada ya que depende de la cantidad y no de la calidad.

El narcotráfico ha extendido sus tentáculos en la vida política de los países. Importantes figuras políticas a lo largo de Latinoamérica han sido ligadas con personalidades y dineros relacionados con el tráfico de drogas. Tal vez aquí yace la razón por la cual la guerra contra las drogas se intensifica año con año. Los grandes narcotraficantes son los que más se benefician con la actual prohibición, y los operativos anti-drogas que se practican en Latinoamérica sirven para eliminarles la competencia que enfrentan por parte de los pequeños y medianos distribuidores. La legalización acabaría con esta nefasta alianza del narcotráfico y el poder político.

Aunque este punto es cierto, hay que pensar que si tan solo se legalizan las drogas en México el negocio ilegal crecería exponencialmente ya que tendríamos que lidiar con detener el trafico de un producto que estaría abiertamente permitido, hacia EEUU y Latinoamérica.

Legalizar las drogas acabaría con un foco importante de corrupción, la cual aumenta en todos los niveles del gobierno debido a que una substancial cantidad de policías, oficiales de aduana, jueces y toda clase de autoridades han sido comprados, sobornados o extorsionados por narcotraficantes, creando un gran ambiente de desconfianza por parte de la población hacia el sector público en general.

Como ya argumentamos en puntos anteriores, la legalización de las drogas no erradica a los narcotraficantes, ademas tendríamos a miles de personas sin empleo que ahora se dedicarían a otras actividades criminales

Los gobiernos dejarían de malgastar miles de millones de dólares en el combate de las drogas, recursos que serían destinados a combatir a los verdaderos criminales: los que le violan los derechos a los demás (asesinos, estafadores, violadores, ladrones, grupos terroristas). Además, con la legalización se descongestionaría las cárceles, las cuales hoy en día se ven inundadas por gente cuyo único crimen fue el consumo de substancias que están prohibidas por la ley. Todos estos esfuerzos por combatir el tráfico de drogas han sido inútiles. Por ejemplo, las mismas autoridades reconocen que a pesar de todo el dinero gastado, los esfuerzos actuales solo interceptan el 13% de los embarques de heroína y un máximo del 28% de los de cocaína. De acuerdo con las Naciones Unidas, las ganancias de las drogas ilegales están tan infladas que tres cuartos de todos los embarques deberían ser interceptados con el fin de reducir de manera significativa lo lucrativo del negocio.

Si legalizáramos las drogas perderíamos mucho dinero de la inversión extranjera, y nuestros gastos en el sistema de salud se inflarían rápidamente debido a la gran cantidad de adictos que tendríamos en el país.

La legalización conducirá a que la sociedad aprenda a convivir con las drogas, tal y como lo ha hecho con otras sustancias como el alcohol y el tabaco. El proceso de aprendizaje social es sumamente valioso para poder disminuir e internalizar los efectos negativos que se derivan del consumo y abuso de ciertas sustancias. Sin embargo, políticas como las de la prohibición, al convertir a los consumidores en criminales, desincentivan la aparición de comportamientos y actitudes sociales necesarios para poder lidiar con los problemas de la adicción y el consumo tempranero de dichas sustancias.

El alcohol y el tabaco son problemas de salud mundial, y en México no somos capaces de evitar que se le venda alcohol y tabaco a menores de edad, como evitáremos que ocurra lo mismo con las drogas, ademas tal y como existen miles de lugares donde se vende alcohol adulteradon existirían drogas adulteradas.

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